Los hospitales pueden reducir su impacto climático y propiciar el desarrollo de sistemas alimentarios resilientes mediante la compra de alimentos, el diseño del menú, la gestión de residuos y las prácticas de inversión. A través de cambios en la dieta y de la reducción del desperdicio de alimentos, podemos alimentar de forma sostenible a una creciente población mundial y sustentar, a la vez, la salud humana y la salud ambiental.